Chorro nació de una obsesión simple: COMER RICO, SIN CHAMUYO. Somos un equipo chico, ambicioso por los productos hechos con intención, frescura y respeto por la materia prima. No venimos del marketing del aceite—VENIMOS DEL SABOR. Y decidimos embotellarlo.
CUANDO LLEGA LA TEMPORADA
Entre MARZO Y ABRIL, nos despertamos antes que el sol para no perder ni un segundo: la cosecha temprana es la que asegura ese picor y frescura que nos obsesiona.
NUESTRO BUSCADOR DE ACEITUNAS
PIPO recorre los olivares de Coquimbito con ojo clínico y manos ágiles; corta sólo las que están en su punto justo, verdes y firmes.
EL MAGO DEL MOLINO
De ahí pasa directo a JORGE, que no deja que las aceitunas pierdan un toque de sabor: las muele con cariño y sin demoras para extraer el oro verde en su máxima expresión.
FILTRAR Y EMBOTELLAR
Por último, JOACO se encarga de filtrar y embotellar cada gota como si fuese para su propia cocina, asegurándose de que el aceite llegue a tu casa limpio, brillante y listo para un buen chorro.
DEL OLIVO A TU MESA
Nuestra metodología son simples: madrugar, cosechar rápido y trabajar en equipo para que el aceite viaje sin perder frescura ni autenticidad.
Si el aceite es puro, la botella también:
Transparente, fresca y sin secretos. Uno va al fuego. El otro, al final. Los dos, AL CARRITO.
